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China y EEUU en difíciles negociaciones comerciales

Los fabricantes estadounidenses sostienen que China manipula su divisa para mantenerla artificialmente baja ante el dólar en un 40%, lo que abarata los bienes chinos en Estados Unidos y encarece los estadounidenses en China.

22 de mayo de 2007

Washington.- Estados Unidos y China iniciaron el martes una nueva ronda de conversaciones comerciales, en que Washington insiste en la necesidad de llegar a acuerdos concretos y Beijing pide evitar que el proceso sea politizado.

Ambas partes esperan avances en las exportaciones estadounidenses de tecnología energética y los servicios bancarios, y los delegados seguramente examinarán el delicado tema de la seguridad e integridad de los alimentos y otros productos chinos exportados, como quedó patentizado por el fallecimiento de más de 50 personas en Panamá a causa de fármacos chinos contaminados con dietileno glicol y la muerte de numerosos animales caseros en América del Norte tras la ingestión de piensos compuestos elaborados con gluten de trigo contaminado, importados de China.

La viceprimera ministra china Wu Yi insistió en la importancia de resistir "el proteccionismo comercial de todo tipo". Agregó que los intentos de "politizar" las relaciones económicas entre ambos países serán "absolutamente inaceptables".

"No deberíamos culpar con ligereza a la otra parte por nuestros problemas económicos propios", indicó por medio de un intérprete. "El enfrentamiento no contribuye a solucionar los problemas".

El secretario del Tesoro Henry Paulson consideró histórica la segunda ronda de negociaciones dentro del Diálogo Estratégico Económico debido al número de cabezas ministeriales que participan por ambas partes.

"Nunca tuvimos tantos ministros de China reunidos en un solo lugar en Estados Unidos ... Ambos comprendemos la importancia que para nuestros países tiene que acertemos en el establecimiento de una relación económica a largo plazo", agregó Paulson.

Se estima que los chinos anunciarán la reducción de aranceles a la importación de servicios y tecnologías energéticas, lo que aumentará el mercado a los productos de Estados Unidos. Además, se espera que aumentarán la participación que las empresas estadounidenses y de otros países pueden tener en los bancos de China. Esa participación está limitada ahora al 25%.

 

 

AP