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Centroamérica y EEUU intentan "desnarcotizar" su agenda

La visita del presidente de EE.UU., Barack Obama, a Costa Rica constituyó un esfuerzo de la región por "desnarcotizar" la agenda de sus relaciones con Washington, aunque sin unidad en las posturas y sin demasiada claridad en cómo avanzar en otros temas.

6 de mayo de 2013

La problemática causada por el narcotráfico y el crimen organizado ocupó buena parte de las conversaciones entre los presidentes del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y Obama, quien aseguró que no tiene "interés en militarizar la lucha contra el narcotráfico" en la región.

Obama subrayó que llegó a San José buscando una relación "de igual a igual" con Centroamérica y con especial interés en asuntos como comercio, energía y cooperación para el desarrollo, pero de la visita no salió ningún acuerdo o compromiso definido en ningún área.

Los temas sobre la mesa fueron variados y hasta dispersos: desde los recurrentes de seguridad y migración hasta la creación de un mercado regional de energía, la educación temprana, la competitividad y la participación en organismos económicos internacionales.

Cada país planteó sus urgencias y Obama los escuchó a todos pero no le prometió nada a nadie.

El analista político Luis Guillermo Solís dijo a Efe que la reunión "cumplió su objetivo de establecer un diálogo político pero no fue un evento trascendental para Centroamérica".

"Centroamérica y el Caribe son los mismos hoy de lo que eran ayer. Vimos buenas intenciones, buenos deseos, un buen clima de diálogo y una actitud receptiva de los mandatarios pero ningún anuncio significativo", señaló.

Solís calificó de positiva la intención de que las relaciones entre el istmo y EE.UU. no estén limitadas al tema de la seguridad y el narcotráfico, pero resaltó que no se ven aun los caminos claros sobre cómo moverse de esos hacia otros temas en una agenda concreta.

El tema del combate al narcotráfico sigue siendo, no obstante, la principal preocupación para algunos países centroamericanos, especialmente los del llamado "triángulo norte", conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador.

El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, manifestó hoy a Efe que en la lucha contra las drogas "la cooperación de Estados Unidos verdaderamente ha sido muy limitada para los grandes esfuerzos que hay que hacer aquí".

Y aunque Obama y la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla abogaron por un enfoque menos represivo y más preventivo para lidiar con el narcotráfico, Pérez Molina sostuvo que "hoy el paradigma mundial es el de la guerra contra las drogas" y que países como el suyo, donde "las instituciones son rebasadas en alguna situación por el narcotráfico", no tienen más remedio que acudir al Ejército.

La presidenta Chinchilla demostró, además, un giro en la postura tradicional de la región frente a Estados Unidos al afirmar que Centroamérica no debe depender más de la cooperación para alcanzar su propio desarrollo y que esa tarea corresponde a cada país.

"No podemos pretender tener autoridad moral de pedirle al pueblo norteamericano que nos financie con sus impuestos las cosas que nosotros debemos también pagar", manifestó la mandataria.

Obama estuvo 22 horas en Costa Rica e instó a la región a ser un socio más competitivo y exitoso con Estados Unidos a través de la mejora de sus fronteras y, sobre todo, de la creación de un mercado energético regional.

Sin embargo, no pudo comprometerse con un sí a la petición del istmo a acceder al gas natural que se produce en su país, y se limitó a decir que cuando tome la decisión de si Estados Unidos exportará o no ese combustible, tendrá "en mente" a Centroamérica.

La visita de Obama a Costa Rica parece quedar más preguntas que respuestas respecto a los ejes y sobre todo, las acciones, que definirán las relaciones entre EE.UU. y Centroamérica en el futuro, aunque los mandatarios insistan en que se trata ahora de "socios de igual a igual".

EFE/D.com