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Canadá dice que intenta resolver disputa con UE sobre arenas bituminosas

Canadá dijo hoy que está intentando resolver una disputa con la Unión Europea (UE) sobre las exportaciones de petróleo canadiense producido a partir de arenas bituminosas para evitar que afecte las negociaciones en curso para la firma de un acuerdo de libre comercio.

22 de febrero de 2011

Toronto - Canadá y UE negocian desde 2009 un amplio acuerdo de cooperación comercial y económica que podría estar finalizado antes de que se acabe el año. En enero, las dos partes celebraron en Bruselas su última ronda negociadora hasta el momento.

Tanto los representantes canadienses como los europeos han señalado públicamente que las negociaciones están avanzando rápidamente aunque también han reconocido que los asuntos más conflictivos están siendo apartados para acelerar el proceso.

El ministro canadiense de Comercio Internacional, Peter Van Loan, reconoció que las exportaciones del petróleo producido a partir de arenas bituminosas en la provincia de Alberta, una de las principales exportaciones de Canadá, pueden resultar afectadas por las medidas europeas para reducir sus emisiones de gases.

"El Gobierno de Canadá está preocupado por el propuesto tratamiento en la Directiva de Calidad de Combustible de la UE de los recursos producidos de las arenas bituminosas canadienses" señaló Van Loan en una declaración remitida hoy a Efe por su portavoz.

"Canadá y la Unión Europea están trabajando para resolver este problema fue de las negociaciones del acuerdo de libre comercio" añadió Van Loan.

Según las autoridades canadienses, el petróleo producido a partir de las arenas bituminosas "debería ser tratado de forma similar a otras fuentes de crudo y las decisiones deben estar basadas en pruebas científicas sólidas".

La explotación de las arenas bituminosas de Alberta se ha convertido en un controvertido asunto por las implicaciones medioambientales ya que el crudo se encuentra mezclado con arena lo que hace su extracción y refino especialmente laborioso.

La extracción del crudo implica el dragado de gigantescas extensiones de terreno (se necesitan dos toneladas de tierra por cada barril de petróleo producido) y el uso de enormes cantidades de agua y energía para separar la arena del petróleo.

Greenpeace calificó la explotación de las arenas bituminosas como un "crimen climático" y ha señalado que generan 40 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, más que todos los vehículos que circulan en Canadá, y que cada día consumen más agua que una ciudad de dos millones de habitantes.

Se estima que las arenas bituminosas de Alberta contienen entre 1,7 y 2,5 billones de barriles de petróleo, aunque sólo una fracción es recuperable con la actual tecnología, lo que las convierte en una de las mayores reservas de crudo del mundo.

 

(Efe)