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Bush: EEUU en aprietos si no se renueva "fast track"

La representante comercial estadounidense Susan Schwab dijo que si no se tomaba esa decisión, Estados Unidos podía irse preparando a poner en su mercado empresarial un letrero dirigido al mundo que diga: "Cerrado".

29 de junio de 2007

Washington.- El gobierno del presidente George W. Bush pidió el viernes otra vez al Congreso la renovación de la ley de promoción del comercio a fin de continuar promoviendo el intercambio libre y evitar el fracaso de las negociaciones mundiales en la ronda Doha.

"Estados Unidos debe estar en el juego y no en la marginalidad", dijo.

El país solamente representa el 5% de consumidores en el mundo y necesita "seguir abierto" a la cobertura del 95% restante, dijo Schwab en una declaración escrita, 24 horas antes del vencimiento de la ley que Bush disfrutó en los últimos cinco años por acuerdo de un Congreso controlado por su partido, el Republicano.

La ley, conocida como Autoridad de Promoción del Comercio o "fast track", expirará el sábado 30 de junio y el Congreso, dominado ahora por demócratas, no tiene en agenda inmediata debatirlo. Ello ha llevado a afirmar a algunos legisladores y analistas que las posibilidades de una acción legislativa eran prácticamente nulas. Pero hay otros que afirman que en vez de una renovación el Congreso estaría más inclinado a una extensión por unos meses, quizás lo que le resta de gobierno a Bush, quien dejará el cargo en menos de 19 meses.

El fast track fue otorgado a Bush casi inmediatamente después de su llegada a la Casa Blanca. Desde que lo firmó en el 2002, ha permitido negociar tratados de libre comercio con Chile, Centroamérica y la República Dominicana, Perú, Panamá y Colombia, en América Latina. Hasta entonces, Estados Unidos sólo tenía libre comercio con México y Canadá, pero aun cuando ha logrado más acuerdos de ese tipo, el Departamento de Comercio dijo que los países con los cuales ha negociado representan apenas el 7,5% del producto bruto interno global.

Sin ese mecanismo, Estados Unidos estará confinado a "mirar cómo nuestros socios comerciales, entre ellos los del Asia y la Unión Europea, firman acuerdos de libre comercio entre sí" y quedarse sin una capacidad de reacción, dijo el secretario de Comercio Carlos Gutiérrez.

Al expirar la ley, Estados Unidos podría seguir negociando pero ya no tendría capacidad de garantizar a los gobiernos extranjeros que los acuerdos logrados no serían enmendados por el Congreso. El fast track suspende justamente esa función legislativa. En cuanto a los acuerdos ya negociados al amparo del fast track y que están a la espera de aprobación legislativa --Perú, Colombia, Panamá y Corea del Sur--, la expiración no afectará de forma inmediata su contenido. Pero no estaba todavía claro si todos esos acuerdos serán aprobados por el Congreso.

Lo mismo sucedería con los acuerdos de comercio e inversiones negociados con Uruguay, que ya están cerrados y no pueden ser cambiados.

Pero, el proceso de diálogo bilateral con Ecuador y Bolivia sobre nuevos términos de relaciones comerciales que sus gobiernos aspiran como alternativa al libre comercio con Estados Unidos se vería afectado. Quizás uno de los más graves reveses que sufriría Bush con la expiración del fast track sería en la ronda Doha de negociaciones sobre nuevos términos del comercio mundial, principalmente agrícola.

Pascal Lamy, director general de la Organización Mundial de Comercio, que auspicia Doha, dijo recientemente que el fracaso en la renovación del fast track prácticamente terminaría con la idea de Doha ya que "el mensaje sería que Estados Unidos ha perdido fe en el diálogo mundial de comercio".

 

 

 

AP