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Brasil reduce desigualdad entre asalariados

23 de junio de 2008

Brasilia.- Brasil, un tradicional campeón de las desigualdades sociales, alcanzó una reducción en la brecha entre los más ricos y los más pobres entre la población asalariada, según un informe oficial divulgado el lunes.

Los datos indican que el 40% en el segmento más bajo de la escala salarial ha logrado un crecimiento en sus ingresos desde el 2002, gracias a la política de transferencia de ingresos y salario mínimo del gobierno, dijo a periodistas Marcio Pochmann, presidente del Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (Ipea, por sus siglas portuguesas).

Basado en datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), el estudio del Ipea señaló que Brasil redujo en 5,7% el índice de Gini, un sistema internacional utilizado para medir desigualdades sociales.

"En Brasil siempre ha aumentado la desigualdad, ahora está en la corriente contraria", declaró Pochmann en conferencia de prensa. "Es un escenario que Brasil no conocía hace mucho tiempo".

El índice de Gini va de 1 a 0, donde el cero corresponde a la perfecta igualdad y el uno a la perfecta desigualdad, es decir, un escenario teórico donde un solo individuo tiene todas las riquezas y los demás miembros de la población no tienen nada.

Dinamarca tiende a aparecer en los índices internacionales con la mejor distribución de ingresos, con un índice Gini de 0,23, mientras que Namibia es el de peor distribución con 0,70.

Según el informe del Ipea, el índice Gini entre la población asalariada de Brasil pasó de 0,540 en el 2002 a 0,509 en el 2007, con tendencia a disminuir más en el primer trimestre del 2008. La institución proyectó que el índice llegaría a 0,490 en el 2010 si se mantienen las actuales políticas de distribución.

Ello se refleja también en las diferencias entre los ingresos de los asalariados más pobres y los más ricos, según el estudio, basado en los salarios de las seis principales regiones metropolitanas del país. Así, en el 2003 el décimo con el salario más alto del país recibía 27 veces más que el décimo de menos ingresos, mientras que la diferencia cayó a 23,5 veces en el 2007.

Pochmann explicó que con la aceleración de la economía brasileña, que tomó fuerza en el 2004, así como la reducción sostenida del desempleo, "es de esperar un crecimiento de la demanda por mano de obra principalmente de menor valor, y por eso mismo, una elevación de los rendimientos más bajos en comparación con los ingresos más altos".

 

 

AP