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Brasil presenta vehículos flex-fuel a Francia

Este país es líder mundial en la exportación de etanol, un combustible derivado de la caña de azúcar y que ya mueve siete de cada 10 nuevos autos brasileños y su consumo es incentivado por el gobierno de Estados Unidos.

2 de febrero de 2007

Brasilia.- En busca de expandir sus mercados de biocombustibles y nuevas tecnologías, Brasil presentó el viernes a Francia los vehículos flex-fuel, o capaces de utilizar gasolina, alcohol o una mezcla de ambos.

"Los franceses pueden asociarse para la producción de alcohol en Brasil y en otros países, pues no queremos ser los únicos proveedores", dijo a los periodistas el viceministro de Comercio Exterior brasileño, Mario Mugnaini.

El funcionario recibió en su despacho a la ministra de Comercio Exterior de Francia, Christine Lagarde, en el segundo de sus seis días de visita a Brasil. Al final del encuentro, Legarde entró y conoció los comandos de un auto Peugeot de fabricación brasileña y con tecnología flex-fuel.

Esa tecnología ya es utilizada por las empresas de autos francesas en Brasil, tanto Peugeot como Renault, y en vista que Francia es el miembro de la Unión Europea que optó por un mayor porcentaje de la mezcla alcohol en su gasolina a partir del 2008, cuando deberá ser de 5,75%.

Actualmente y a lo largo de 2007 esa mezcla es de 2%.

Ambos funcionarios firmaron, además, dos convenios: uno para la cooperación tecnológica en investigaciones de nuevos materiales y otro para la promoción del comercio bilateral, actualmente de unos 5.400 millones de dólares, principalmente en compras brasileñas de partes para helicópteros, tractores y carrocerías y ventas a Francia de aceite de soya, mineral de hierro y aceites en bruto de petróleo.

La ministra Legarde está acompañada de una delegación que incluye a Anne Lauvergeon, presidenta de Areva, la compañía estatal francesa de energía nuclear, y que estaría interesada en desarrollar Angra III, una planta de energía nuclear para la generación eléctrica, ubicada en Río de Janeiro.

Ya Brasil cuenta con las plantas Angra I y II, desarrollada por la alemana Siemens, pero tras iniciar los trabajos de Angra III, el proyecto fue paralizado debido a problemas de financiamiento y preocupaciones sobre la seguridad y la viabilidad económica de la energía nuclear.

El mes pasado, el ministro brasileño de Minas y Energía, Silas Rondeau, dijo que retomar los trabajos de Angra III aún no ha sido decidido y que requeriría inversiones de unos 7.000 millones de reales (unos 3.300 millones de dólares).

El sábado Legarde visitará Angra I y II en Río de Janeiro, según la agenda oficial.

 

AP