Home

Noticias

Artículo

Brasil anuncia un ajuste fiscal para precaverse ante crisis internacional

El Gobierno brasileño anunció un aumento de su meta de superávit primario para este año con el fin de evitar que la crisis financiera de los países desarrollados tenga impacto en la economía del país.

29 de agosto de 2011

"Hemos decidido elevar la meta para el superávit fiscal primario que nos habíamos impuesto para este año con el fin de consolidar la situación fiscal del país", dijo el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, en una rueda de prensa en Brasilia.

El Gobierno se proponía inicialmente terminar el año con un ahorro en sus cuentas públicas de 117.800 millones de reales (unos 73.625 millones de dólares), meta que fue elevada a 127.800 millones de reales (unos 79.875 millones de dólares).

Según el ministro, ese recorte de gastos representa entre el 0,25 y el 0,30 por ciento del producto interior bruto (PIB) del país, por lo que el ajuste eleva el superávit fiscal primario fijado para este año a cerca del 3,3 por ciento del PIB.

El esfuerzo anunciado está prácticamente garantizado debido a que Brasil acumuló en los primeros siete meses del año un superávit fiscal primario de 91.979 millones de reales (unos 57.487 millones de dólares), el mayor para el período en el país.

El superávit primario, que el Gobierno utiliza como referencia para su política fiscal, es la diferencia entre los ingresos y los gastos de todo el Estado, incluyendo estatales y gobiernos regionales y municipales, sin tener en cuenta los recursos destinados al pago de intereses de la deuda pública.

Mantega aclaró que el recorte en los gastos fue decidido por la presidenta Dilma Rousseff como medida preventiva ante la situación internacional y no porque el país ya esté sintiendo los efectos de la crisis.

Agregó que Brasil está mejor preparado para hacer frente a la crisis que en 2008 y que actualmente posee mayores reservas internacionales y un encaje bancario más amplio que entonces.

"Estamos preparados para superar esa situación internacional por la solidez de la economía, pero no somos inmunes a los efectos de la crisis. La economía mundial en los próximos dos años va a crecer menos y a demandar menos, y eso afectará a Brasil", afirmó Mantega.

Según el ministro, "Brasil tiene que impedir que ese deterioro afecte los avances conquistados por la economía brasileña" y agregó: "Tenemos que estar preparados para la recesión mundial que se avecina".

Mantega aclaró que el ahorro extra afectará exclusivamente los gastos corrientes (mantenimiento del funcionamiento del Estado) y no la inversión.

"Los cortes adicionales no afectarán ningún programa gubernamental ni la inversión pública. Sólo evitaremos un aumento de los gastos de coste", aseguró.

Según el ministro, además de garantizar la inversión, la medida puede permitir que el Banco Central comience a reducir los tipos de interés, que están entre los más altos del mundo en términos reales y elevan los costos de la deuda pública.

Mantega destacó que el ajuste brasileño busca fortalecer las finanzas públicas y es diferente de los anunciados por varios países europeos con graves problemas de deuda, que incluyen recortes en la inversión y en los gastos sociales.

Agregó que a diferencia de 2008, cuando otro ajuste impidió que la economía brasileña sufriera una desaceleración mayor, las medidas de este año garantizarán que el país siga creciendo al ritmo adecuado.

El ministro agregó que, si la situación económica internacional se agrava, el Banco Central podrá adoptar medidas monetarias más expansionistas para evitar que Brasil se contagie.

"Ojalá que eso no ocurra. Ojalá que los países desarrollados consigan superar su situación, pero lo veo difícil. Ellos no están resolviendo sus problemas. No están tomando medidas a la altura", dijo. 

(EFE)