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BID: Movimientos sociales dan voz a excluidos en Latinoamérica

El estudio, "Los patrones cambiantes de la exclusión en América Latina", es la versión 2008 de una serie anual sobre el avance económico y social regional que el BID inició en 1995 y dedica cada edición al análisis de un solo tema. El del 2007 abordó la deuda.

1 de noviembre de 2007

Washington.- Los movimientos sociales en Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina han demostrado que pueden dar "más voz a los excluidos" y están obligando al sistema político a atender sus reclamos, según un estudio sobre la exclusión social en Latinoamérica difundido el jueves por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

"Esto sugiere que esos movimientos pueden ser parte de la solución más que del problema para las democracias regionales en evolución", agregó.

Gustavo Márquez, uno de los cuatro coordinadores de este año, dijo que "movimiento social" no debiera entenderse como "movimiento populista", que más bien se propala desde un gobierno, sino como movilizaciones de organizaciones campesinas, indígenas, laborales y hasta organizaciones no gubernamentales (ONG).

Explicó que si bien los movimientos indigenistas en Ecuador y Bolivia han llegado a posiciones de gobierno en años recientes, y los de los sin tierra en Brasil y piqueteros desempleados en Argentina junto con las ONG han tenido una fuerte influencia política, se debiera también tener en cuenta que no son "la única vía" para resolver los reclamos.

Esos movimientos han surgido mayormente por las limitaciones impuestas por los sistemas democráticos de la región a los "canales formales de influencia de algunos grupos de la población", pese a la igualdad de derechos políticos declarada en las constituciones nacionales, según el informe.

La exclusión es ahora "más urbana y visible" que hace dos décadas cuando se inicia el restablecimiento de la democracia, y hay "una percepción cada vez mayor de desvinculación e insatisfacción" en amplios sectores de la población creando un terreno fértil para "experimentos populistas", dijo.

El estudio, que tuvo entre sus otros coordinadores a Alberto Chong, Suzanne Duryea, Jacqueline Mazza y Hugo Ñopo, se centró solamente en seis ciudades: Bogotá, Buenos Aires, Caracas, Lima, Montevideo y San José (Costa Rica). Dice que:

_ Siempre se ha creído que las múltiples carencias padecidas por los grupos tradicionalmente discriminados (indígenas, afrodescendientes, mujeres) son producto de la discriminación abierta. Los efectos se explican, antes bien, por las amplias diferencias entre los miembros de cada grupo.

_ La democratización, estabilización macroeconómica y globalización modificaron drásticamente la manera en que funciona el estado y alteraron los canales de inclusión social y política. Estas fuerzas modernas interactúan con las de exclusión tradicionales y han vuelto más vulnerables a segmentos de la población más amplios y más diversos.

_ El desempleo creciente, niveles mediocres de crecimiento y una demanda cada vez mayor de educación aumentaron la proporción de empleos con bajos salarios en la región en los últimos 15 años. El resultado es un mercado laboral donde "las fuerzas modernas de exclusión" han ampliado el impacto de la exclusión social.

_ América Latina y el Caribe registran la mayor desigualdad de ingresos del mundo. Es poco probable que quienes están en la parte inferior de la distribución del ingreso logren mejoras significativas en su posición social o la de sus hijos, sin importar su esfuerzo ni capacidad.

_ La falta de documentos de registro civil vuelve "invisibles" a millones de personas lo que a su vez las priva del acceso a los programas sociales.

 

 

AP