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Bachelet: reconoce "deudas pendientes" en lo laboral

La mandataria enfrentó el miércoles un desafío de los gremios, descontentos con lo que consideran la aplicación de políticas económicas neoliberales. Y el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez, socialista como la mandataria, advirtió que si no hay un diálogo con las autoridades y los empresarios convocarán a nuevas protestas.

31 de agosto de 2007

Santiago de Chile.- La presidenta Michelle Bachelet reconoció el viernes que hay "deudas pendientes" con los trabajadores y que la reciente protesta laboral fue "un llamado de alerta", pero dijo que hay espacios para el diálogo y rechazó las presiones y la violencia.

"Es indispensable que (en) muchos de esos puntos que la CUT ha planteado sigamos avanzando en este país, porque hay deudas pendientes", dijo Bachelet el viernes en declaraciones a radio Cooperativa. Agregó que "cualquier iniciativa que signifique velar por los derechos de los trabajadores, porque haya salarios más justos, en democracia, sin violencia, es una iniciativa que es perfectamente legítima".

Pero señaló que "lo que no aceptamos es que se trate de presionar a través de una movilización (por) derechos que pueden ser legítimos, pero que a través de una movilización violenta va en contra de los derechos de otros".

Si bien insistió en que la movilización fue innecesaria, admitió que fue "como un llamado de alerta a todos los sectores del país para decir: los trabajadores necesitamos mejores condiciones". Afirmó que en su gobierno ha habido muchos espacios de diálogo con los sindicalistas y con Martínez en particular, con quien aseguró tener la disposición a seguir conversando.

La protesta de la CUT derivó en disturbios y saqueos nocturnos, que la policía reprimió con severidad. En todo el país hubo 750 detenidos y decenas de heridos, entre ellos dos policías graves. Uno de los heridos fue el senador socialista Alejandro Navaro, que sufrió un fuerte golpe en la cabeza propinado por un teniente de la policía antimotines, mientras participaba en una marcha por el centro capitalino.

El Partido Socialista de la mandataria respaldó la protesta laboral, lo que molestó a Bachelet, quien en sus declaraciones a la emisora reiteró que "no se puede ser de gobierno día por medio". Pero consideró que el respaldo de su partido a la protesta de la CUT no era una acción contra su gobierno.

El también gobernante Partido Demócrata Cristiano fustigó al PS por ese respaldo y lo acusó de no ser leal con el gobierno.

Bachelet, quien enfrenta una constante baja en su popularidad, según todas las encuestas, destacó una serie de obras de su gobierno de casi un año y medio. Sostuvo que "sé que cuento con el respaldo de la gran mayoría de los chilenos" y criticó a la oposición derechista por no tener una actitud constructiva. Afirmó que la "única intranquilidad" que tiene es la demora que se produce a veces en la realización de algunas iniciativas.

Bachelet parte la noche del viernes a Japón para una visita oficial en la que pondrá en marcha un tratado de libre comercio con ese país. Posteriormente seguirá viaje a Australia para la cumbre del Foro Económico Asia Pacífico, APEC.

 

 

AP