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Argentina y Uruguay cruzan críticas en tema celulosa

Para Argentina el eje del diferendo es el presunto incumplimiento de Uruguay del Estatuto bilateral que regla toda modificación en el compartido río Uruguay, a causa de lo cual planteó el tema ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

23 de noviembre de 2006

Buenos Aires.- El diferendo entre Argentina y Uruguay por la construcción de plantas de celulosa sobre un río fronterizo subió de tono el jueves, con declaraciones de ambos países que parecen alejar la posibilidad de una solución negociada.

El embajador uruguayo en Buenos Aires, Francisco Bustillo, recibió el jueves la respuesta argentina al reclamo de su país por el nuevo corte del puente internacional que une Gualeguaychú con Fray Bentos, donde se levanta la planta de celulosa centro del conflicto. El corte es realizado por "ambientalistas" argentinos que temen el efecto contaminante de las plantas.

"A pesar de las reiteradas protestas argentinas resulta decepcionante comprobar la repetida intención (del Uruguay) de desviar la atención sobre el tema central que originó la controversia", sostuvo una nota de la cancillería argentina.

En Montevideo, el canciller Reinaldo Gargano recomendó a Argentina "equilibrio, moderación y tolerancia", luego de que el presidente Néstor Kirchner calificara en la víspera de "intransigente" a su colega uruguayo Tabaré Vázquez.

Kirchner afirmó que en marzo pasado le pidió al "intransigente presidente uruguayo" que discutieran de qué forma podrían correr la localización de la planta de la empresa finlandesa Botnia para que no contaminara visualmente la zona fronteriza y no generará dudas de una futura contaminación.

El ex vicepresidente uruguayo Luis Hierro declaró que "el intransigente es el presidente Kirchner, del cual tengo noticias porque hemos tenido que bancar (soportar) su impaciencia e intromisión en el año 2003".

El líder opositor uruguayo Jorge Larrañaga, del Partido Nacional, expresó que "los presidentes no pueden tener crispaciones en temas de relaciones internacionales".

En la noche del miércoles, en un programa de televisión, el jefe de gabinete argentino Alberto Fernández sostuvo que el gobierno uruguayo "no tuvo el poder concreto" para encauzar diplomáticamente el conflicto.

Agregó que "hay una intransigencia desmedida de Botnia y objetivamente una incapacidad del gobierno (del Uruguay) de enfrentar a esa empresa".

Fernández recordó el principio de acuerdo al que Kirchner y Vázquez llegaron en marzo pasado en Santiago de Chile, cuando asistieron a la asunción de la presidenta Michelle Bachelet.

"Ese acuerdo se cayó por la intransigencia desmedida de Botnia y porque el gobierno uruguayo no tuvo el poder concreto de decirle a Botnia que se abstenga de seguir la construcción durante 90 días", dijo el jefe de gabinete, que recordó que en cambio la empresa española Ence aceptó la sugerencia presidencial y posteriormente anunció que mudaría su emplazamiento de Fray Bentos.

Fernández añadió que el gobierno argentino se había ofrecido a financiar la relocalización de las plantas, que se levantan en Fray Bentos, frente a la ciudad turística argentina de Gualeguaychú, cuyos pobladores encabezan la campaña contra esas empresas, por su posible contaminación del medio ambiente. "Pero esta estrategia tampoco funcionó para lograr el traslado de la empresa finlandesa", expresó.

Entretanto, la Cámara de Diputados argentina aprobó por amplia mayoría el jueves un "enérgico repudio" a la Corporación Financiera Internacional, dependiente del Banco Mundial, por haber otorgado un crédito a Botnia para proseguir la construcción de su planta, pese a las objeciones del gobierno del presidente Kirchner.
 
 
 
AP