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Argentina rechaza condicionamientos del FMI

17/10/2005
15 de octubre de 2005

Argentina ratificó hoy su decisión de encarar negociaciones hacia un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sin comprometer el programa socioeconómico emprendido hace poco más de dos años.



En declaraciones a la prensa, el jefe de Gabinete Alberto Fernández deslizó que las tratativas con el organismo multilateral deberán partir de premisas que no impliquen condicionamientos para el desarrollo del país sudamericano.



"Se trata de llevar adelante una discusión (con el FMI) sobre premisas tales que no supongan condicionar el desarrollo argentino", enfatizó el funcionario en diálogo con la radioemisora FM La Isla.



Fernández argumentó que el gobierno del presidente Néstor Kirchner "no tiene ninguna posibilidad de iniciar un debate que signifique retrotraerse a términos ya superados".



Aludió de esa manera a las consabidas presiones de la entidad financiera para que Buenos Aires aumente el superávit fiscal y busque una salida a los bonistas que no ingresaron a la reestructuración de la deuda externa, entre otras exigencias.



El jefe del equipo ministerial negó, además, una supuesta contradicción entre el titular argentino de Economía, Roberto Lavagna, y el secretario de Finanzas Guillermo Nielsen respecto al momento idóneo para iniciar negociaciones con el Fondo.



La presunta diferencia en torno a la fecha de reinicio de las pláticas con la institución dirigida por el español Rodrigo Rato, de cara a un nuevo acuerdo crediticio, surgió en las últimas horas.



Mientras Lavagna aseveró que las tratativas comenzarán "en su momento" y cuando Argentina lo decida, Nielsen sostuvo que el proceso hacia un pacto bilateral arrancará antes de fines del corriente año.



Ambos funcionarios se expresaron en esos términos durante su participación en un encuentro del Grupo de los 20 (G-20), celebrado este fin de semana en China.



Reportes procedentes de la nación asiática subrayaron hoy que Nielsen, encargado de las negociaciones con el FMI, extendió una rama de olivo al organismo internacional, al augurar la reanudación de las conversaciones antes de que concluya 2005.



A mediados de 2004, Buenos Aires suspendió su acuerdo con el Fondo para dedicarse a tiempo completo a la reestructuración de la deuda en default (cesación de pagos) desde diciembre de 2001, ascendente a 100 mil millones de dólares.



Ese proceso concluyó de manera auspiciosa a principios del presente año, cuando el 76,15 por ciento de los acreedores se adhirió al canje del débito propuesto por la administración Kirchner, con una reducción importante del capital invertido.