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Argentina ganaría con nuevo régimen automotor de Brasil

Argentina espera beneficiarse de un nuevo régimen automotor en Brasil que elevaría el contenido regional exigido a los fabricantes y podría ayudar a corregir el desequilibrio comercial entre las dos mayores economías de América del Sur.

19 de septiembre de 2012

El Gobierno brasileño debe anunciar en los próximos días nuevas reglas para la industria automotriz, aumentando el proteccionismo en un sector clave para la recuperación de su estancada economía.

Y la posibilidad de que las montadoras brasileñas aumenten el contenido regional de sus autos hace brillar los ojos de unos 120 fabricantes argentinos que aterrizaron el martes en Sao Paulo para una ronda de negocios con cables, amortiguadores y juntas bajo el brazo.

"De acuerdo a los trascendidos, evidentemente tiene que ser muy positivo", dijo a periodistas el secretario de Comercio Interior argentino, Guillermo Moreno.

Las autopiezas son un componente importante del déficit comercial de 5.803 millones de dólares que Argentina tuvo con Brasil en el 2011.

Para el embajador argentino en Brasil, Luis María Kreckler, el nuevo régimen brasileño debería reflejarse en el comercio. "Va a tener un impacto fuerte en la balanza", dijo a Reuters.

Preocupada por la erosión de su superávit comercial, crucial para financiarse tras quedar marginada de los mercados globales de capitales hace una década, Argentina introdujo a comienzos de este año controles de importación.

Esas medidas dejaron cientos de camiones brasileños varados en la frontera y tensaron las relaciones de Argentina con Brasil y otros importantes socios comerciales.

Las restricciones a las importaciones sólo fueron levantadas después que Brasil bloqueó en junio la entrada de una decena de productos argentinos. Funcionarios brasileños dicen que hoy la situación está normalizada.

Pero el comercio bilateral se hundió un 15 por ciento entre enero y agosto del 2012 a raíz de los obstáculos comerciales y una contracción de la demanda por la crisis global.

REUTERS