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AL y el Caribe crece 5,6% en 2007 y se prevé leve desaceleración para 2008

A pesar de las recientes turbulencias internacionales, la región está mejor preparada para enfrentar una situación de volatilidad externa.

13 de diciembre de 2007

Durante 2007 América Latina y el Caribe se mantuvo en una coyuntura económica favorable que permitió el crecimiento de casi todos los países. Si bien la región enfrentó un empeoramiento del contexto financiero externo en la segunda mitad del año, su producto interno bruto (PIB) habría crecido un 5,6%, según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

En su informe Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2007, presentado por su Secretario Ejecutivo, José Luis Machinea, la CEPAL señala que para el próximo año 2008 la región podría alcanzar un crecimiento de 4,9%. De confirmarse estos pronósticos, se completarían seis años de crecimiento consecutivo, al final del cual el producto por habitante habría acumulado un aumento del 24%, equivalente a un 3,5% anual.

Según el informe de la CEPAL, durante 2007 se mantuvieron muchas de las características de la actual fase de crecimiento económico, es decir, el superávit de la cuenta corriente –aunque en un nivel menor-, una nueva mejoría de los términos de intercambio –si bien más atenuada-, la continuidad en el resultado primario positivo de las cuentas fiscales, el desempleo decreciente, el incremento de las reservas internacionales y la reducción de la deuda externa como porcentaje del PIB. Asimismo se mantuvo el dinamismo de la inversión y aumentó significativamente el consumo privado.

La cuenta corriente marcó un superávit de 0,7%, mientras que los términos de intercambio se incrementaron alrededor de 2,6%, aunque con diferencias muy marcadas entre países. Asimismo, el ingreso nacional bruto disponible creció 6,5%, tasa superior a la del PIB, en tanto que la demanda interna de los países subió un 7,7%.

Por su parte, en 2007 continuó disminuyendo la posición pasiva neta con el exterior de América Latina y el Caribe. La mayoría de los países de la región registró una afluencia de capitales privados, lo que aumentó la presión sobre el tipo de cambio y dio origen a una gran acumulación de reservas internacionales, cuyo aumento se estima superará el 3,5% del PIB regional. En tanto, hubo una notoria reducción de la carga de la deuda externa.

Todos estos elementos hacen que la región se encuentre mucho mejor preparada para enfrentar un aumento de la volatilidad externa.

Otro hecho auspicioso es la disminución de la tasa de desempleo, que llegaría a un 8,0%, lo que se traduciría en niveles similares a los de los inicios de los años noventa. Además, esta disminución se da en el contexto de una mejora relativa en la calidad del empleo, lo que unido al crecimiento de las economías, influye positivamente en los indicadores de pobreza.

Perspectivas y desafíos
La crisis del mercado de crédito hipotecario de Estados Unidos generó una percepción de un mayor riesgo de desaceleración de su economía. Aunque la magnitud de este fenómeno es aún incierta, existe preocupación por el comportamiento que tendrán otras economías del mundo. En el escenario más probable se espera una desaceleración del crecimiento económico de los Estados Unidos de un 2,2% en 2007 a un 2,0% en 2008. En la Unión Europa se espera una caída del crecimiento de 2,9% en 2007 a 2,5% en 2008, mientras que en Japón ocurre algo similar, con una disminución proyectada desde el 2,0% a alrededor de 1,7% en 2008.

En resumen, es posible prever una moderada desaceleración de la economía mundial, causada fundamentalmente por el menor ritmo de crecimiento de los países desarrollados, la que afectaría en forma limitada y de distinta manera a las economías emergentes. En particular, el Balance preliminar 2007 de la CEPAL indica que la relativa fortaleza que muestran las economías de la región permite mantener un cauto optimismo.

Sin embargo, la situación actual no está exenta de riesgos. A la ya mencionada probable desaceleración de la economía norteamericana, existen algunas señales de alerta provenientes de la propia región, entre ellas la persistente baja del tipo de cambio real, el aumento de la tasa de inflación en varios países y un incremento generalizado del gasto público.

Además de estos riesgos de corto plazo, la CEPAL advierte que la región no está haciendo lo suficiente para mejorar la competitividad sistémica, en particular teniendo en cuenta las necesidades de aumentar la inversión, en especial en infraestructura (energía y transporte), incentivar la innovación e incrementar las capacidades de los recursos humanos, sobre todo mejorando la