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Agricultores inician huelga de cuatro días en Argentina

20 de febrero de 2009

BUENOS AIRES — Los sectores rurales más combativos iniciaron el viernes una huelga de comercialización de granos y ganado que dijeron se extenderá hasta el martes, cuando esperan retomar el diálogo con el gobierno en busca de soluciones a una severa crisis en el agro.

Esta suspensión de la comercialización de productos del campo, que entre otros cosas excluye a la leche, frutas y hortalizas, no afectaría, sin embargo, a los consumidores debido a que los molinos y los frigoríficos tienen mercadería de sobra para abastecer a la población.

Pero significa un nuevo desafío agropecuario al gobierno de la presidenta Cristina Fernández, al que acorralaron en 2008 con huelgas, "cacerolazos" de protesta y bloqueos de rutas durante cuatro meses que paralizaron a buena parte del país y afectaron el abastecimiento de alimentos.

"Este paro busca llamar la atención en una medida de protesta donde se muestre la unidad de los productores", destacó el viernes Mario Llambías, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las cuatro entidades que convocaron a la huelga.

"Queremos soluciones a la crisis", dijo Llambías a la prensa, poco antes de una concentración de productores agropecuarios en Los Leones, en el sureste de la ciudad de Córdoba, a 465 kilómetros de la capital argentina y en el marco de la Fiesta Nacional del Trigo que se celebra en esa ciudad.

Llambías también llamó "a la reflexión" a ganadores que un día antes empezaron a instalarse en algunas rutas del país, como en la localidad bonaerense de Saladillo, con la aparente intención de boquearlas.

"Creo que es un error y una equivocación" (el corte de ruta), dijo el dirigente. "Hay que hacer cosas inteligentes".

El campo está enfadado con el gobierno después que en marzo pasado sus autoridades intentaron imponer un nuevo esquema de retenciones que ataba la tasa del impuesto al precio de los granos en el mercado internacional.

La reforma impositiva, que en julio fue finalmente rechazada por el Congreso, desembocó en varias huelgas agropecuarias.

Los ruralistas reclaman ahora, entre otras cosas, que se suspendan las retenciones para compensar las pérdidas que sufrieron por la caída en los precios internacionales de las materias primas y mejoras en las exportaciones de carne, leche y trigo, en las economías regionales y en los sectores afectados por una grave sequía.

Fernández, quien en su momento advirtió que la suspensión de impuestos no es discutible, trató de apaciguar el disgusto agropecuario con medidas consideradas insuficientes par el sector.

En las últimas semanas dispuso una sustancial rebaja en las retenciones al trigo y maíz, suspendió por seis meses la resolución que impide la faena de animales menores de 280 kilos --para evitar que el ganado muera por la falta de agua y pasturas-- y anunció un plan de financiación para la compra de maquinaria metalmecánica.

 

 

(AP)