A partir de septiembre de 2013, todos los productos de origen animal que sean vendidos en la Unión Europea deberán enunciar en sus etiquetas la siguiente advertencia: “Contiene partes no textiles de origen animal”. | Foto: Daniela Botero

Mercadeo

Parlamento Europeo aprueba nueva política

Tras una difícil votación, el Parlamento Europeo aprobó una nueva política que regulará las etiquetas y marquillas de la ropa que se vende en el territorio de la Unión Europea.

Daniela Botero
20 de mayo de 2011

La medida busca beneficiar a los compradores, quienes en muchas ocasiones presentan alergias a las prendas que adquieren por no tener conocimiento alguno sobre el origen de sus componentes.
    
Para el 30 de septiembre de 2013, toda la ropa que sea vendida en los 27 países de la Unión Europea deberá tener en su etiqueta o marquilla una detallada descripción de los insumos utilizados para su elaboración.  

La decisión fue adoptada teniendo en cuenta numerosas quejas por parte de los consumidores, quienes en muchas ocasiones presentaban alergias a la ropa.

Con la nueva reglamentación, los consumidores sabrán si están adquiriendo una chaqueta de cuero real o sintético, pues en muchas ocasiones, cuando la imitación de la piel es elaborada, la diferencia es casi imperceptible.

El parlamentario holandés, Toine Manders, fue el principal impulsor de la nueva política comercial.

Según la nueva política, cuando una prenda esté fabricada en cuero y/o piel, su marquilla deberá anunciar, de manera relevante, clara y legible, el origen animal del producto.

De acuerdo a lo discutido en el Parlamento, todos los productos de este tipo deben enunciar en sus etiquetas la siguiente advertencia: “Contiene partes no textiles de origen animal”.

Para septiembre de 2013, tiempo establecido por el legislativo europeo para que los vendedores adopten las nuevas medidas, también deberá presentarse un estudio sobre el índice de toxicidad de algunas sustancias químicas utilizadas durante el proceso de elaboración textil (colorantes y nanopartículas, entre otros).
 
El “Made in” no va
Sin embargo, el certificado de origen no será obligatorio dentro de la nueva política comercial.

Para algunos parlamentarios, los consumidores podrían preferir no comprar productos provenientes de países del tercer mundo, teniendo en cuenta las situaciones de maltrato y explotación laboral que se presentan en algunos de estos países.

Lo anterior sería, sin lugar a dudas, un serio inconveniente para la adecuada venta de los productos que ingresan a la Unión Europea, así como una amenaza para las políticas de competencia leal.

Sin embargo, el Parlamento autorizó un estudio de mercado que revelará el verdadero impacto que tienen los certificados de origen en el consumo de los europeos. Los resultados deberán ser entregados dentro del mismo plazo pactado para las otras medidas.

Tecnología
Con el objetivo de familiarizar al público con las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones (TICs), el Parlamento Europeo autorizó además la investigación para crear chips y formas alternativas que reemplazarán, en un futuro, a las tradicionales etiquetas de papel.

Escaneando un código de barras, los compradores podrían tener acceso a toda la información del producto que desean comprar y, de esta manera, evitarían adquirir productos perjudiciales para su salud o contrarios a sus creencias personales.